Y no pensé en lo que iba a pasar, por primera vez. Eso que buscaba tan fervientemente, y no me di cuenta de que iba a ser él, hoy. Quiero que siga siendo así, pero él controla las cosas. Él lo sabe, yo lo sé. Él no acelera, no pausa. Y yo quiero un ritmo constante, dulce e inocente como sus ojos. Esos ojos que me miran fijo, y hacen que el tiempo camine a nuestro ritmo. No me hacen daño, solo se puede encontrar en ellos a un nene con su pequeño mundo imaginado, en esos ojos que me miran, en esos ojos en los que me puedo perder amaneceres y crepúsculos mirandolos. Son ellos los que controlan mi tiempo, los que controlan mi anhelar y mis deseos. Su inocencia me atrapa, me seduce, me incentiva. Son la esencia de su ser, son mi parte preferida. Tienen algo, tienen ese sabor, ese "oh la la!" que estaba buscando. Buscando, buscando, buscando.
Y encontrarlo fue mi casualidad. La casualidad que me hace sonreir, bailar, cantar, sonrojar, reir, y me da momentos de felicidad. Ojalá pudiera meter todo su ser en un frasco, y así llevarlo conmigo y nunca extrañarlo porque es mi casualidad, mi abstracción.
And everytime we have to say goodbye, we know that we don't want to, and as soon as we are apart, we are missing each other in a way that no other could ever understand. We knew it.
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