miércoles, 19 de mayo de 2010

Who, how, where, WHAT?

. Al fin sos mío, teclado. Hace más de tres días, sino más, estaba esperando este momento en el cual puedo, POR FIN, sentarme a escribir.
Con el ruido de la tele de fondo, mi mamá viendo el programa Tabú de Latinoamérica (muy buen programa, para agregar), trato de encontrar las ideas sobre las cuales voy a tratar de escribir. ¿Por qué no escribir sobre la escritura en sí, y sobre la experiencia liberadora que implica? No, no podría. No estoy al nivel de poder sentir que escribí algo sustancial, con esencia. Así que elegiremos otro tema. 
Tal vez la amistad. La cual diría a veces, las circunstancias no la hacen favorable ¿no?... No, no quiero hablar de eso. No podría ponerme a las alturas de la circunstancia, pasaría muchas cosas por alto, algo que es inaceptable. 
Pensá, pensá, pensá. Podríamos hablar del suceso de hoy a la mañana después de una mañana bastante amarga, vino un sweet sweet moment. Matemática. ¡Oh Dios! 
Yeah, después de que nuestro amado profesor decidiera que la prueba se realizaría de a dos (un alivio para todos), y en una sola hora. Después de ver con Auro que todo daba perfecto, con hermosos números. Después de terminar como quince minutos antes, después de revisar como mil quinientas veces, porque claro, ninguna quería tener algo mal porque influiría en la nota de la otra, además de que tenía una doble preocupación porque mi amiga se tenía que sacar un diez. Después de todo eso, una sensación rara empezó a gestarse en mí. Sí, era como una mezcla de ansiedad, felicidad, preocupación, tristeza, superioridad tal vez, nerviosismo, alivio, muy raro. 
LLega el recreo, comento la noticia. Bueno, lo normal, mis amigas de los otros cursos con los ojos como platos porque la prueba fue realizada de a dos. (como acotación, perdonen por estar en un estado de ansiedad contínuo, alegría, y felicidad convencida a veces) 
Segunda hora de las Ciencias Matemáticas. Confirmado, nos había ido más que bien. Nos había ido perfecto. Ningún error reconocible por ninguna. Todo había ido como tenía que ser. 
Es una sensación rara la que te invade cuando un problema de matemáticas te sale, más si no sos de las personas que tienen la aptitud para ello. Como se suele decir, "te sentís Dios". Sentís que después de eso todo te va a salir, nada es un obstáculo por el momento. Es una sensación única, una sensación "matemática". Hermosa sensación.
Me acuerdo de que cuando nos va mal en Matemática, siempre es el mismo comentario "para qué voy a usar esto, yo no voy por la vida haciendo funciones pares, impares, biyectivas y logaritmos, exponenciales, etc etc etc." Para seguir con el comentario "Lo único que sirve es la regla de tres simple". Cuántas veces lo habré dicho! Innumerables, sobre todo a partir, de mitad del año pasado. Cuando la matemática dejó de ser mi vocación (JAJAJAJ).
En fin, no muy interesante esto. Pero, en resumen, me fue bien en Matemática y eso me hizo más feliz mi día. Un día que no comenzó bien, por varios motivos, que ahora no parecen importantes. Bien por vos! 
Espero que hayan tenido un hermoso día, lleno de optimismo. Buenas noches (o tardes, o días)!

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